El Cristo de La Habana es una escultura de más de 20 metros de altura que se ubica en una de las elevaciones que dominan la bahía de La Habana, justo al lado de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña y sobre el poblado de Casablanca. En la escultura, que representa al Sagrado Corazón de Jesús y es obra de la escultura cubana Jilma Madera (1915 - 2000), se emplearon más de 300 toneladas de mármol de Carrara. El 6 de noviembre de 2017 fue declarada Monumento Nacional.
Se inauguró el 25 de diciembre de 1958 y con el paso de los años ha llegado a ser considerada como uno de los símbolos de la capital cubana.
La idea de erigir la estatua fue de la primera dama de la República Marta Fernández de Batista quien el 13 de marzo de 1957, en medio del combate entre los asaltantes del Palacio Presidencial y su guarnición militar, prometió que si su esposo salía con vida del enfrentamiento, haría construir una imagen de Cristo que fuese visible desde toda La Habana.